Publicado por Wizard
Nov 14, 2015

Los casinos en México hoy en día son legales. No quiere decir que antes no hubiera juegos de azar porque eran ilegales, más bien se refiere a los resultados aleatorios e inciertos que existían.

Tenemos “lotto” en muchas variedades. Existe la tradicional lotería mexicana, basada en la lotería española. Hay hipódromos y galgódromos en varias ciudades, incluyendo uno de primera clase en la Ciudad de México llamado “El Hipódromo de Las Américas” en la parte oriental de la ciudad. La agencia estatal de “lotto,” conocida como Pronósticos Deportivos, ofrece apuestas deportivas en futbol soccer y futbol americano de la NFL, por medio de algo que se podría llamar lotería deportiva, y recientemente se ofrece algo parecido con el fútbol utilizando las apuestas tradicionales. La Cruz Roja nacional realiza sorteos cada año, lo que también hacen algunas instituciones de caridad y universidades privadas. Compañías privadas también ofrecen “lotto” y loterías deportivas. Además, hay agencias gubernamentales que ofrecen juegos de lotería instantánea.

Se podría pensar que los casinos y la experiencia regulatoria en juegos de azar, encajaría perfectamente bien. Pero este no es el caso.

A mediados de los noventas cuando se propuso seriamente la operación de los casinos por primera vez, mayormente como un complemento a la industria del turismo nacional, hubo intensos debates acerca de esta idea. Mucha de la oposición advertía sobre adicciones al juego, drogas y crimen organizado.

A pesar de que para entonces los cárteles de drogas y otras empresas criminales no provocaban el problema de hoy, sí existía el crimen organizado y las drogas. También existían los juegos de azar descritos anteriormente, por lo que cualquier potencial adicto al juego no tendría mucho problema en realizar apuestas.

Eventualmente se desarrollaron casinos, pero en el mejor de los casos dentro de una arena legal ambigua como se ha notado, y en el peor de los casos, en las penumbras de la corrupción. Aquellos establecimientos que operan lo hacen con muchos obstáculos, restricciones e incertidumbre.

Recientemente visité cuatro casinos en la Ciudad de México, los cuales son representativos de las opciones de juego disponibles.

Sería inútil reseñar cada uno individualmente, ya que se podría considerar que son idénticos en un 90%. La notable excepción es el casino Royal Yak, ubicado dentro de las instalaciones del Hipódromo de Las Américas. Éste lo describo más adelante.

Primero, he aquí lo que encontré en tres de los casinos conocidos como “Big Bola,” “Play City” y “Yak,” localizados en dos vecindarios de clase alta de la ciudad. Si los comparamos con los casinos de Las Vegas, que son los únicos otros que conozco, los casinos mexicanos no tienen comparación.

Para empezar, y esto es algo que seguramente algunos aprobarán, porque en todos estos casinos se prohíbe fumar total o parcialmente. Aquellos que lo permiten tienen un área separada, sellada del resto y con ventilación extra o independiente.

Algo raro es que se entra a estos casinos a través de un detector de metales, bajo la vigilancia de personal de seguridad. En algunos lugares esto parece solo ser un espectáculo, pero en otros se proporcionan charolas o canastas para poner llaves, cambio y otros objetos de metal antes de pasar.

Descubrí también que no se permite introducir cámaras. Sin embargo, no hay señalamientos a este efecto, pero no se me permitió la entrada a ninguno de estos casinos cuando llevaba mi cámara.

Todos tienen por lo menos un bar y se sirve alguna forma de comida caliente y refrigerios. Las bebidas no son de cortesía, y no hay servicio de bar hasta las 4 o 5 de la tarde. La comida tampoco es de cortesía.

Las opciones de juegos en todos los casinos, con la excepción hecha previamente, se limitan a tres: máquinas tragamonedas (o maquinitas), bingo y apuestas deportivas. Todos los juegos están denominados en pesos mexicanos.

Las tragamonedas son todas realizadas por video. No hay ninguna con carretes mecánicos, tampoco video póquer, video blackjack, video ruleta o incluso video keno. Existe, sin embargo, un tipo de video bingo.

Para jugar es necesario ir a la caja y ya sea depositar dinero en una tarjeta inteligente con chip integrado, la cual también funciona como tarjeta de recompensas, o comprar una boleta con un código de barras impreso, por el monto que se quiere jugar. Se inserta la boleta en la máquina y ya se puede jugar. Si resultas ganador, o si te sobra dinero cuando paras de jugar, se puede redimir el dinero en la caja.

No examiné las máquinas muy de cerca, porque no tengo interés en jugarlas, pero no son muy diferenes a las tragamonedas encontradas en otros lugares. Aquellas que revisé son más bien genéricas de múltiples denominaciones corriendo de 0.10 pesos a 50 pesos por línea (aproximadamente de menos de un centavo de dólar estadounidense a $3 dólares).

No ví ni una sola de las máquinas con temas tan populares en Las Vegas, como Sex and The City. Las máquinas disponibles tienen nombres como Mr. X, Play Mania, Rico Topo, Gol Mania, Dragon Balls, Fish mania, etc. Hay algunas con premios progresivos en la mezcla. Un buen detalle, para quienes juegan estas máquinas, es que en el sitio web de Play City se encuentra la lista del premio gordo de los diferentes casinos. No estoy seguro de la precisión de dicha información.

Otra cosa común es que en algunos casinos se ven letreros proclamando que los resultados de las máquinas se determinan por “sorteos numéricos.” He leído en la red que estas máquinas usan un bingo virtual para determinar los resultados. Si esto es así, las hace poco diferentes de las máquinas que usan un generador de números aleatorios. Después de todo, las máquinas igual pueden ser tacañas o sueltas con ambos métodos.

Estos letreros se requieren por ley. Quizás explican por qué no hay máquinas de video póquer, ya que este juego no se puede jugar con resultados determinados por un bingo virtual llevado a cabo en la computadora de la máquina. Por lo menos no se puede jugar satisfactoriamente. Es mejor así. No me gustaría jugar video póquer en una máquina en la cual la estrategia no ofreciera ninguna diferencia. No sería nada divertido.

Tanto Play City como Yak tienen salas de bingo de mediano tamaño. Desafortunadamente no había juegos en progreso cuando los visité, y no conseguí obtener información alguna sobre precios o el tipo de juego. Asumo que se juega igual que en otros lugares.

Los sitios de las apuestas deportivas en los cuatro casinos son pequeños, con un par de televisiones y unas cuantas sillas y mesas tipo bar. Hay tableros con líneas de dinero, momios y otra información relevante. Los tipos de apuestas disponibles son los mismos que se encuentran en Las Vegas, aunque con mayor énfasis en fútbol soccer.

Otra anormalidad en estos casinos es que hay avisos con horarios de operación. La mayoría abren a media mañana y cierran a las 2 a.m. Los fines de semana operan 24 horas, o sea de media mañana del viernes a las 2 a.m. del lunes.

Vale la pena mencionar que a diferencia de Las Vegas y otros lugares, los casinos mexicanos no forman parte de hoteles. Están ubicados en otros sitios, como hipódromos, centros comerciales, o simplemente por su cuenta.

No me gusta parecer negativo, pero llamar “casino” a una sala de tragamonedas con bingo y apuestas deportivas me parece una exageración, lo cual me lleva a la excepción.

El casino Royal Yak es considerablemente más grande que los otros. Al principio parece ser solo más de lo mismo, pero si pasas por las áreas del bingo y las maquinitas, encuentras un área relativamente grande con mesas de juego.

Pero no te entusiasmes mucho. No hay juegos de cartas. Ni uno solo. No hay ruleta, tampoco. Hay mesas de dados (craps). Mesas reales, con fichas y dados de verdad.

Conté seis mesas de dados, pero solo una estaba en operación. Al acercarte notarás algo extraño: cada mesa está rodeada por sillas. No tengo ninguna objeción a sentarme para jugar dados. Me pareció que las mesas son un poco más bajas de lo común, lo cual es posible, pero no es cómodo lanzar los dados estando sentado.

Gran parte del tapete de juego está en español. Me hubiera gustado tomar una foto, pero recuerden lo que ya dije acerca de entrar con cámaras. Esto es lo que está escrito en el tapete, con los términos comunes en inglés entre paréntesis.

  • Línea de pase (Pass line)
  • No pasa (Don’t pass)
  • Venir (Come)
  • No viene (Don’t come)
  • Campo (Field)
  • Cualquier Siete (Any Seven)

Eso es todo. La apuesta C/E (once o craps) es indicada así. Hay un área de “horn”, pero solo tiene los pictogramas de los dados sin ningún señalamiento escrito, lo mismo para los números dobles y las apuestas “hop.”

Las apuestas pagan lo mismo que comúnmente se paga en el Strip de Las Vegas, todas en base “a uno.” El campo paga el doble en 2 y 12. La apuesta mínima es de 50 pesos (alrededor de $3 USD). Se pueden apostar “odds” en la línea de pase, pero el máximo es 2X. Para los dobles, la apuesta mínima es de 10 pesos. Para “place” o “lay,” el mínimo es 50 pesos o más de ser necesario; por ejemplo para el 6 y 8 se apuestan 60 pesos.

Las fichas son de plástico, no de cerámica, y vienen en rojo, verde, negro y morado, con denominaciones respectivamente de 5, 25, 100 y 500 pesos. No hay fichas blancas de 1 peso. Aquí va una foto de la ficha de cinco pesos:

A diferencia de otros casinos que conozco o de los que he oído hablar, no se compran las fichas directamente en la mesa. En vez de esto, se debe ir a la caja y pagar la cantidad deseada, indicando que se quiere jugar dados (hay algo más a este respecto). A cambio se recibe dos boletas con un código de barras, la cantidad comprada y un par de dados. Como este:

Le debes entregar ambos al box man en la mesa. Él te regresa uno y te da la cantidad de dinero en fichas. Cuando terminas de jugar y quieres tu dinero sobrante, o ganancias, necesitas presentar tus fichas y la boleta en la caja. Sin la boleta no te pagan.

El juego se maneja exactamente igual que en otros lugares, excepto que se hace en español. Las propinas a los crupieres funcionan de la misma forma, y puedes hacer apuestas para ellos.

El día que visité, adquirí fichas por 1,500 pesos (como $110 USD). Los crupieres son competentes, pero muy fríos y no muy comunicativos. La excepción fue un stickman que llegó de relevo, quien hacía comentarios del juego, en vez de solo anunciar el resultado de los dados. Era muy amigable y siempre agradecía las propinas. También les recordaba a los jugadores sobre los otros juegos que había en el casino, y de la actividad del día en el hipódromo.

En un punto dado, hice una apuesta a doble ocho por diez pesos, indicando que la mitad era para “los chamacos.” El stickman se sonrió y me dio las gracias. Lo volví a intentar más tarde, con un stickman distinto, y este me dijo abruptamente, “La apuesta mínima es diez”. Así que le dije: “Ok, diez al doble ocho.” De todas formas di una propina de 50 pesos, porque el doble ocho no salió, pero me molestó su actitud.

No me fue nada bien. La mesa estaba, si se me permite la expresión, fría como el hielo. Hasta que traté de jugar No Pasa, y entonces empecé a ganar. Así que después de perder 1,00 pesos, incluyendo propinas, me retiré.

No he regresado desde entonces porque no juego mucho, y no me agradaron mucho los crupieres. No son hostiles, pero no son amigables, excepto por el stickman que mencioné. Si quiero interacción neutral a ese nivel, prefiero quedarme en casa y jugar Wincraps o algún otro simulador de dados gratis.

Además de las mesas de dados había otros dos juegos. Uno es Sci Bo, con un tapete de juego que parece estándar, pero de nuevo en español. Junto al lugar del crupier hay tres dados dentro de una jaula en forma de reloj de arena con una manivela. Supongo que el crupier la hace girar y lee como quedan los dados. No lo sé a ciencia cierta porque las mesas estaban cerradas.

El otro juego también es a base de dados y me recordó a la ruleta. El tapete no tiene nada escrito, solo pictogramas de dados en cuatro colores (rojo, azul, verde y negro) en distintas combinaciones. Hay una jaula de reloj de arena donde iría la ruleta, con cuatro dados dentro en los colores arriba indicados. Pregunté en la caja sobre este juego, y me dijeron que aún no opera. Estimo que es un tipo de análogo de ruleta basada en dados (¿y no es esa una frase extraña?)

Mencioné anteriormente que algunos casinos operan en las penumbras de la corrupción de la ley. Este es un problema constante cuando existen leyes vagas, y no digamos donde la aplicación de la ley es caprichosa o arbitraria.

Este parece ser el caso, en cuanto a casinos se trata, del infame Casino Royale en Monterrey, capital del estado de Nuevo León.

La infamia de este casino se desprende de los hechos ocurridos el 25 de agosto de 2011, cuando fue incendiado por el crimen organizado (queriendo decir por algún cártel de drogas), y varias personas murieron. Las noticias de entonces, y hasta hoy en día, dicen que se trató de una disputa acerca de pagos por “protección.”

La otra cosa que se enfatizó en las noticias hace un año fue la ilegalidad de la mayoría de los juegos encontrados dentro del casino. En breve, había juegos de cartas en ese lugar. Poco después del incendio del casino, surgieron videos mostrando al hermano del gobernador estatal recibiendo dinero de ejecutivos del casino. Esto le da credibilidad a la noción de que había juegos ilegales, y que quizá todo el casino era ilegal.

La respuesta de las autoridades fue regular fuertemente los casinos. La reacción del público fue muy negativa. Si crees que esto es un aberración, puedes buscar casos como la discoteca “News Divine” en la Ciudad de México. Para hacerlo corto, varios adolescentes murieron aplastados en un operativo policial muy mal ejecutado, que tenía como objetivo prevenir el consumo de alcohol por parte de menores de edad. Al día de hoy, la única persona encarcelada por este incidente es el dueño de la discoteca, por vender alcohol a menores. El gobierno local respondió al fiasco cerrando discotecas y clubes nocturnos. Hay otros casos, como el intento de homicidio a un jugador de futbol en un bar que daba servicio después de las horas permitidas (más allá de las 2 a.m.), lo que llevó a suprimir este tipo de establecimientos.

De vuelta al tema, he hecho recientemente varias visitas a Monterrey, por motivos de trabajo, pero hasta hace un año no había oído de este casino en particular. Monterrey tiene varios casinos Play City, pero hay otros. Visité uno de estos en el 2010, llamado Casino Revolución.

En esencia es una versión grande de un Play City, pero con dos diferencias. Una es una sala en la parte trasera, con un letrero que dice “Poker Room and More.” Dentro de ésta, tienen juegos automáticos de ruleta (del tipo conocido como air-ball, que utilizan una ruleta físicamente, pero sin crupier), y máquinas de blackjack del tipo Royal Match que son comunes en Las Vegas. Para jugar en estas, debes encontrar a una empleada de piso, darle dinero, y ella lo acredita en el juego.

La mesa de ruleta es cuadrada. Tiene 8 terminales, dos en cada lado. En el centro hay una depresión que contiene la rueda y la bola. El sistema es automatizado y no utiliza crupier. La rueda se gira sola y la bola se suelta automáticamente. Todo esto está cubierto con acrílico transparente. La rueda nunca deja de girar, pero acelera cuando la bola es liberada, luego gira más lento. Una voz computarizada anuncia el resultado, también advierte “no va más” cuando se cierran las apuestas (debería decir “No más apuestas,” pero he notado frases raras en otras máquina automáticas anteriormente).

La pantalla de toque aparece automáticamente en español, pero puede ser cambiada a por lo menos seis otros idiomas. Esto me parece muy útil. Es muy fácil de usar. Si haces apuestas a varios números, los recuerda para el siguiente turno cuando tocas el control de “repetir.” Quitar las apuestas es un poco más complicado, pero no tuve ningún problema.

En fin, pagué 300 pesos (como $24 USD en ese entonces) y jugué seis números a dos pesos cada uno (apuesta total de poco menos de $2 USD). Fue una manera agradable de pasar el rato esperando mi vuelo de regreso a casa.

Las máquinas Royal match se veían exactamente iguales a las que se pueden encontrar en Las Vegas y en otros casinos.

La otra excepción son las máquinas tragamonedas. En el Casino Revolución si tenían máquinas con temas, incluyendo Sex and The City. Como he mencionado, no juego estas máquinas, pero había una de Stargate SG-1. Jugué con 200 pesos, que la máquina tradujo a 2,000 créditos. O sea que un crédito es 0.10 pesos (como 8/10 de un centavo de dólar). Gané al principio 250 créditos, y seguí jugando hasta perderlos.

En Julio de 2012 este casino fue baleado por la parte exterior, de nuevo se atribuyó al crimen organizado. No se reportaron heridos o daños más que a algunos autos estacionados, y hubo reportes de una granada encontrada dentro de un carro.

Pero sabiendo sobre el casino que fue incendiado y el otro baleado, pueden estar seguros de que no visitaré más casinos la próxima vez que me encuentre en Monterrey.

Comentarios

Este blog no tiene comentarios

Para dejar un comentario, por favor inica sesión o crea una cuenta